En el presente artículo se llevó a cabo un meta-análisis donde se evidenció que las dietas altas en proteínas, particularmente de origen vegetal, se encuentran relacionadas con un menor riesgo de muerte por cualquier causa. De tal modo que dicho estudio, respalda la evidencia en numerosos estudios previos donde las recomendaciones dietéticas para el aumento de consumo de proteínas vegetales, producen efectos beneficiosos y cardiosaludables entre otros.

Así, las dietas ricas en proteínas de origen vegetal como los guisantes, frijoles, lentejas además de granos enteros y nueces; se relacionaron con un menor riesgo y probabilidad de padecimiento de enfermedades como diabetes, enfermedades cardiovasculares y de accidentes cerebrovasculares. A la postre, el consumo de proteína de origen animal como la carne roja, se relacionó con una mayor incidencia de problemas de salud como los anotados anteriormente.

Se revisaron resultados de un total de 32 estudios sobre la estimación para la probabilidad de padecimiento de enfermedad cardiovascular, su mortandad y también de cáncer en adultos a partir de 19 años en adelante. Con los resultados de dichos estudios, se analizó mediante modelos matemáticos, los resultados en relación a los efectos de las categorías altas de consumo y de las más bajas en cuanto a la ingesta de proteínas, analizando los resultados en relación al binomio dosis-respuesta entre ingesta y mortalidad.

Durante un periodo temporal de seguimiento de 32 años, acontecieron 113.039 fallecimientos de los cuales 16.429 fueron por enfermedad cardiovascular y 22.303 por cáncer de un total de 715.128 participantes en el total de estudios analizados. De los resultados obtenidos se puede destacar que el alto consumo de proteína total, se asoció con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas en comparación con un consumo bajo.

Asociándose como el consumo de proteína de origen vegetal, disminuyó en un 8% la mortalidad por todas las causas y un riesgo 8% menor de mortandad por patología cardiovascular. Por el contrario, el consumo de proteína animal no asoció significativamente un mayor riesgo de padecimiento de enfermedad cardiovascular ni de cáncer. Otro dato interesante es que los estudios mostraron que un 3% de la energía de las proteínas vegetales consumidas diariamente, se asoció con un índice de riesgo del 5% menor de muerte por otro tipo de causas.

La idea, es que los efectos beneficiosos del consumo de proteína de origen vegetal, incluye cambios positivos en el control de la presión arterial, los índices de colesterol LDL y HDL, los niveles de azúcar en sangre, ayudando a prevenir enfermedades cardiocirculatorias, diabetes del tipo II y algunos tipos de cáncer.

En resumen, y reforzando los datos previos de numerosos estudios anteriores; las recomendaciones dietéticas donde se incluya un mayor consumo de proteína vegetal en detrimento de la animal, apoya los resultados avalados por los investigadores en diversos campos de las ciencias biomédicas; donde este tipo de mejoras en la dieta permiten mostrar un  gran efecto en la longevidad de la población en general.

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