Análisis de la distorsión visual en pacientes con dolor crónico

 

En esta nueva edición mensual, presento un artículo del prestigioso e internacionalmente reconocido L. Moseley et al. donde se relaciona la distorsión visual que un paciente con dolor crónico y/o complejo posee en cuanto a una de sus extremidades; y como esta distorsión es capaz de modular el dolor y la hinchazón provocados durante el movimiento de dicha extremidad.

Ya es por todos conocidos como en el tratamiento del dolor crónico y complejo, la sensación de nuestro cuerpo y su percepción como algo nuestro, suele estar distorsionada. Esa negligencia corporal es producto de una alteración de la autoconciencia, pero que se puede ver afectado por diversas entidades clínicas que determinan en cierto grado esa distorsión. 

Un ejemplo de este tipo de alteraciones perceptivas somáticas, es por ejemplo la posibilidad de inducción en pacientes sanos mediante anestesia local o estimulación cutánea, de la sensación de un incremento perceptivo del tamaño de una extremidad; pudiéndola sentir más grande de lo que realmente es. Este hecho se constata en pacientes con dolor crónico, donde por ejemplo en un dolor complejo de manos, el paciente posee una representación  aumentada visualmente de su propia extremidad durante el movimiento, aumentando más si cabe el dolor y la hinchazón.

En contraposición, la minimización de la visión real de la extremidad disminuye considerablemente el dolor e hinchazón provocados por el movimiento, resultando anecdótico y demostrado que existe una vinculación entre la imagen corporal y los tejidos, siendo esta bidireccional.

El estudio se basó en el uso de lentes que amplificaban o minimizaban el tamaño del brazo de los sujetos con dolor crónico. Al utilizar lentes que amplificaban el tamaño del brazo durante la ejecución de un movimiento; produjo un mayor resultado en la escala analógica del dolor. Mientras que a la postre, en la utilización de lentes que disminuían el tamaño de la extremidad durante el movimiento, los pacientes sentían menos dolor e incluso menor perímetro de hinchazón de mano y dedos.

Por tanto, se puede desprender como el tener una imagen corporal distorsionada y su representación estructural a nivel somatosensorial; aumenta el dolor y la hinchazón y viceversa durante el movimiento. 

Un artículo muy interesante, de lectura fácil y de comprensión sencilla que ayuda a los profesionales sanitarios en el abordaje del paciente con dolor crónico y complejo.

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