La actividad física se relaciona con cambios en la estructura del ADN sin modificar la secuencia de letras de los genes, su estructura primaria, según demuestra un estudio liderado por científicos del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) publicado en Medicine & Science in Sports & Exercise.

Los expertos han observado que realizarla de forma moderada-vigorosa, es decir, caminar a diario de forma rápida o practicar algún deporte durante al menos 30 minutos, permite maximizar sus beneficios.

Así, se actuaría sobre uno de los elementos clave en el metabolismo de los triglicéridos, que, en altas concentraciones, incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Estos cambios del ADN influyen en cómo se leen nuestros genes y en su nivel de expresión.

Para Roberto Elosua, coordinador del grupo de investigación del IMIM y último firmante del trabajo, el estilo de vida tiene un impacto en cómo se expresa la información que contienen nuestros genes, y nos preguntamos si la actividad física estaría relacionada con algún cambio en uno de estos mecanismos biológicos: la metilación del ADN. 

La metilación del ADN es un cambio químico en la molécula del ADN, sin alteración de la secuencia de letras, que determina el nivel de expresión de los genes, su capacidad para generar o no proteínas. El nivel de metilación se ha relacionado con diferentes enfermedades como el cáncer, las cardiovasculares, la diabetes y la obesidad, entre otras.

En los análisis se observó que las personas que más practican actividad física de intensidad moderado-vigorosa, presentaron unos menores niveles de metilación en dos sitios del ADN. 

La metilación es un mecanismo que regula la capacidad de los genes para expresarse, es decir, producir o no proteínas. 

Uno de los genes que se encontraron con cambios en sus marcas de metilación está relacionado con el metabolismo de los triglicéridos.

Ya se conoce que la actividad física disminuye sus niveles, por lo que los datos obtenidos sugirieron que la metilación de este sitio del ADN podría ser un mecanismo mediador del efecto de la actividad física sobre ellos.

Los investigadores analizaron dos poblaciones occidentales, una española REGICOR (REgistre Gironí del COR) y otra estadounidense Framinghan (Framingham Offspring Study). En total, trabajaron con los datos de la actividad física de 2.544 personas de entre 35 y 74 años, a partir de cuestionarios validados por la comunidad científica internacional.

La metilación del ADN se estudió a partir de muestras de sangre de los voluntarios, y se analizaron más de 400.000 marcas repartidas por todo el ADN en cada una de estas personas.

Los investigadores creen que el estilo de vida afecta a la metilación de nuestro ADN y que estos cambios pueden estar asociados con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Por tanto, como en estudios previos se observó; el consumo recurrente de tabaco modificó los niveles de metilación de ADN; por ende se ha de promover y dar mucha importancia en la educación de la salud de los individuos para llevar un estilo de vida saludable que incorpore práctica de actividad física regular; como se ha evidenciado en el presente estudio, una dieta saludable, lo que permite prevenir las enfermedades cardiovasculares y otras de gran prevalencia como la diabetes o el cáncer y sus posibles consecuencias.

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